El Año Nuevo es en sí mismo una estación. Cuando el Calendario Lunar estaba vigente, enero, el Primer Mes, se ubicaba alrededor de los días en que ahora comienza febrero. Los ciruelos florecían en sitios resguardados y el espíritu de la primavera ya se respiraba en el aire. La Mañana de Año Nuevo no sólo era la de ese día sino el alba del año entero. El rejuvenecimiento de la naturaleza coincidía con el renacer de la confianza en la humanidad, en la bondad propia y la de los demás, en la naturaleza de Buda. Y no sólo el mundo de los seres humanos: la visión de las nubes, el cielo azul, el verdor de la hierba, el sonido de las aguas que corren y del viento entre los pinos –todos los acontecimientos familiares— cobraban un nuevo sentido. Semejanza y diferencia… En la unidad de ambas subyacen inefables significados que emergen, para nuestro regocijo, en los siguientes versos:
Yaseuma wo kazaritatetaru hatsuhi kana
Primera carga
del año: los adornos
sobre el caballo escuálido.
Shiki
Ganjitsu mo tachi no manma kuzu-ya kana
Día de Año Nuevo:
mi covacha,
la misma de siempre.
Issa
Ganjitsu ya harete suzume no monogatari
Día de Año Nuevo:
cielo sin nubes,
gorriones parloteando.
Ransetsu
Toshidama ya futokoro no ko mo tete wo shite
Regalos de Año Nuevo:
hasta el bebé en el regazo
tiende sus manitas.
Issa
Gengitsu ya ie ni yuzuri no tachi hakan
Día de Año Nuevo:
me ceñiré esta espada,
reliquia familiar.
Kyorai
Hatsu kochi no kawaya no akari ugoki keri
Primer viento primaveral:
la luz tiembla
en el retrete.
Ôemaru
Ganjitsu mo kane kiku kure ni oyobikeri
Día de Año Nuevo:
su fin llega también
con campanadas.
Hakki
enero 9, 2010 a las 13:17 |
¡que alegría se respira en estos haikus! la renovación de un ciclo que va de la oscuridad a la luz y de nuevo a la oscuridad en ese interminable juego de fuerzas que sostienen el Universo…
De nuevo, gracias
enero 5, 2011 a las 16:23 |
Excelente recopilación con su pertinente explicación.
Maramín