Fuyugomori kokoro no ôku no yoshinoyama
Retiro invernal.
En lo hondo del corazón,
el monte Yoshino.
Este también recuerda a Wordsworth:
A veces, cuando yazgo en mi sofá,
desocupado o meditabundo,
algo relumbra en ese ojo interior
que es la dicha de la soledad;
entonces mi corazón, lleno de gozo,
baila con los narcisos.
En la escuela nos enseñaron a ver esta última estrofa de Narcisos como algo simplemente superfluo, que estropea la objetividad del resto del poema. Nos decían que el «ojo interior» es la memoria. Pero no es así. Ese ojo es la imaginación.
Fuente:
R. H. Blyth. Haiku.Vol. IV.Hokuseido, Tokyo, 1961
Versión libre: JB
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